Gracias a todos los que ayudaron a The Conversation a sobrevivir (y prosperar) en 2020
Uno de los grandes privilegios de ser editor de The Conversation es pasar tiempo con las personas con talento que lo hacen funcionar. Hoy quiero dedicar un minuto a dar las gracias a las personas cuya amabilidad y generosidad nos ha llevado hasta 2020.
En primer lugar, los académicos que escribieron para The Conversation. Los epidemiólogos, inmunólogos, economistas, físicos, arquitectos, sociólogos, farmacéuticos, educadores, críticos de arte, científicos del clima y políticos. Habéis dado la cara cuando os hemos necesitado, asumiendo el trabajo por encima de las ocupaciones cotidianas, las vidas estresantes y los cierres. Tenemos una deuda de gratitud con vosotros.
En segundo lugar, los líderes de la educación superior en Australia. Los vicerrectores, los administradores, los expertos en política educativa, los equipos de medios universitarios. Sabemos que se han visto afectados este año, pero han seguido adelante con gracia y profesionalidad.
En tercer lugar, nuestros apasionados lectores. Lo hacemos todo por vosotros, y cuando nos escribís para decirnos que os ha gustado algo que hemos publicado nos alegra el día. Estamos deseando hablar con ustedes en el nuevo año.
Cuarto, los generosos donantes y filántropos que hacen posible nuestro trabajo. Ya sea un lector que nos ha dado 10 dólares y ha escrito una nota amable, o una gran fundación que nos ha dado decenas de miles. El hecho de que confíen en nosotros y nos apoyen nos hace seguir adelante.
En quinto lugar, nuestros colegas de los medios de comunicación que nos inspiran con reportajes valientes y vuelven a publicar muchos de nuestros artículos. También ha sido un año terrible para ustedes, pero su trabajo es vital para proporcionar la información limpia necesaria para una democracia sana.
En sexto lugar, Michelle Grattan, nuestra corresponsal política jefe, una de las periodistas más agudas y de mayor confianza de Australia. Michelle dirige nuestra cobertura desde Canberra y establece un estándar que nos mantiene alerta.
Séptimo, los miembros de nuestra Junta Directiva y Consejo Editorial. Todos ellos son personas eminentes con vidas muy ocupadas que dedican su tiempo desinteresadamente. Gracias, en particular, a nuestra presidenta, la profesora Julianne Schultz, pero también a todos los miembros de nuestra Junta Directiva y del Consejo Editorial.
Por último, el personal de The Conversation en Australia y Nueva Zelanda, y nuestros numerosos colegas en el extranjero. Los redactores de gran talento dirigidos por la jefa de personal Alexandra Hansen, los expertos en tecnología, los administradores y contables y los recaudadores de fondos, el equipo de expertos en audiencia dirigido por Molly Glassey, y nuestra brillante directora general Lisa Watts. Sé lo duro que han trabajado y la pasión que tienen por servir a nuestra audiencia con información en la que pueden confiar de expertos académicos.
Si quiere saber más sobre cómo hemos hecho crecer nuestra audiencia hasta más de 8 millones de lectores al mes y hemos servido a Australia y Nueva Zelanda con análisis e investigación de calidad en 2020, hay una gran cantidad de detalles en nuestro Informe anual de las partes interesadas.
Hasta el próximo año, gracias por ayudarnos a superar el 2020 y todo lo mejor para el 2021.