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Factores fisiopatológicos que subyacen a la insolación

La insolación es una enfermedad potencialmente mortal que se caracteriza por una temperatura corporal central elevada (>40 grados C) y una disfunción del sistema nervioso central, que provoca delirio, convulsiones o coma. A pesar de una hipotermia adecuada u otra terapia de cuidados, el golpe de calor suele ser mortal. Sobre la base de nuestros conocimientos de la fisiopatología del golpe de calor, hemos planteado la hipótesis de que el golpe de calor es una forma de hipertermia asociada a las alteraciones fisiológicas agudas, la citotoxicidad del calor, la respuesta inflamatoria sistémica, el daño oxidativo y la respuesta de choque térmico atenuada que conducen a un síndrome de disfunción multiorgánica. En vista de la situación mencionada, en esta revisión se resumirán los factores fisiológicos que subyacen al golpe de calor y las correspondientes estrategias terapéuticas posibles para evitar las complicaciones de este trastorno, con el fin de proporcionar algunas pautas terapéuticas para el golpe de calor. El golpe de calor es un proceso muy complicado. Durante la exposición a una temperatura ambiente elevada se producen alteraciones fisiológicas agudas, como hipotensión arterial baja, hipertensión intracraneal, hipoperfusión cerebral, isquemia cerebral y aumento de la tasa de metabolismo intracelular. La hiperpirexia causó citotoxicidad, resultando la degradación y agregación de extensas proteínas intracelulares, influyendo en el cambio de la estabilidad y fluidez de la membrana, dañando el transporte transmembrana de proteínas y la función del receptor de superficie, e induciendo diferentes cambios citoesqueléticos. El golpe de calor se asemeja a la sepsis en muchos aspectos, y la endotoxemia y las citoquinas pueden estar implicadas en su patogénesis. La concentración de interleucina-6 se correlacionó positivamente con la gravedad del golpe de calor. La acumulación excesiva de radicales libres citotóxicos y el daño oxidativo pueden producirse en los tejidos cerebrales durante la génesis y el desarrollo del golpe de calor. El shock circulatorio y la isquemia cerebral resultantes del golpe de calor se correlacionan estrechamente con los radicales libres (especialmente los radicales libres de peróxido y superóxido), la peroxidación de los lípidos y la baja actividad de la antioxidasa en el cerebro. Las proteínas de choque térmico (Hsps) desempeñaron un papel crítico durante el proceso de obtención de la termotolerancia, por lo que protegieron del daño celular inducido por el estrés. Los factores del huésped o los factores fisiológicamente limitantes, por ejemplo, el envejecimiento, las enfermedades existentes, la deshidratación, el insomnio profundo, la falta de aclimatación al calor, el estado físico inadecuado y ciertos polimorfismos genéticos se asociaron con un bajo nivel de expresión de las Hsps y podrían favorecer la progresión del estrés térmico al golpe de calor. Algunas medidas, como las chaperoninas moleculares, los agentes antiinflamatorios, los agentes antioxidantes y los moduladores de las Hsps serían buenos para los pacientes con golpes de calor.