Estrategias para el vaso para sorber: Formas sencillas de cambiar a un vaso para niños grandes
Cuando su hijo cumplió 24 meses, probablemente ya estaba preparado para dejar el biberón. Pero es posible que usted no esté preparada para dejarle andar por ahí con un vaso abierto, salpicando el líquido por todas partes. ¿La solución? El vaso para sorber. El vaso para sorber es una genialidad que ahorra tiempo y es respetuoso con el medio ambiente (cuantos menos derrames tenga tu hijo, menos tiempo pasarás limpiando y menos toallas de papel utilizarás). Pero, como todas las cosas buenas, la fase del vaso para beber a sorbos debe llegar a su fin. Ahora que tu pequeño ha mejorado su coordinación motriz, está preparado para pasar a dominar el vaso abierto (y dejar el vaso para sorber), y lo ideal es que tú estés preparada para dejar que la leche (o el zumo diluido) caiga donde pueda.
¿Por qué dejar el vaso para sorber? Algunos expertos creen que su uso prolongado puede interferir en el desarrollo adecuado del habla. Pero quizás la razón más importante para dejar el vaso para sorber (y esto incluye los biberones de tipo deportivo y los vasos con pajitas incorporadas) es que los niños suelen llevar consigo su fiel vaso para sorber zumo, leche o fórmula durante todo el día. Esto no sería preocupante si los niños sólo tomaran agua, pero cuando los dientes de leche están constantemente bañados en azúcar (de la leche o el zumo), esto puede llevar a una boca llena de caries. (Tenga en cuenta que la AAP desaconseja dar a los bebés menores de un año cualquier tipo de zumo de frutas, y para los pequeños de entre 1 y 3 años, no más de 4 onzas al día de zumo 100% fresco). Algunos expertos desaconsejan que el niño adquiera el hábito del vaso para sorber y recomiendan que se introduzca el vaso abierto entre los seis y los nueve meses, dejando que el bebé dé algunos sorbos tentativos (mientras usted lo sujeta con firmeza, por supuesto). Para minimizar el desorden al iniciar al bebé en el vaso abierto, quédate en la cocina, llena el vaso con agua en lugar de zumo y pon una toalla debajo de la trona. O mejor aún, métele en una bañera vacía o en una piscina infantil y déjale experimentar. (Supervisa siempre cualquier tipo de juego con agua, porque un niño pequeño puede ahogarse en tan sólo uno o dos centímetros de agua.)
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Si, Sin embargo, si los vasos para sorber se han convertido en un elemento fijo en su casa (o su guardería o escuela infantil los requiere para reducir los derrames), no se preocupe porque su hijo haya perdido un hito. Todavía puede hacer la transición al vaso para niños grandes. Pero ten cuidado: Con un niño mayor, puedes encontrarte con problemas de rebeldía y control. Para conseguir que tu hijo deje el vaso para sorber sin que haya una gran lucha de poder, prueba estas técnicas:
- Haz un gran esfuerzo por beber en un vaso normal. «¿Ves? Así es como bebe mamá. Ahora pruébalo tú». Los niños pequeños quieren hacer lo que hacen sus padres, así que si les indica que usted bebe en un vaso abierto, lo más probable es que su hijo no tarde en seguir su ejemplo.
- Lleve a su hijo de compras para que elija su propio vaso de niño grande. Si tiene el control sobre el vaso que elige, se sentirá más inclinado a tomar el asunto (o el vaso) en sus manos.
- Recurra a los personajes favoritos de su hijo. Los diseños de tazas y vasos de plástico van desde Spiderman hasta Dora la Exploradora. Busque nuevos vasos con los personajes favoritos de su hijo y puede que esté tan contento con ellos que quiera dejar sus viejos vasos para sorber.
- Haga que su hijo tire él mismo los «vasos de bebé». Este gesto simbólico le ayudará a entender que ya es un niño grande que se merece tazas de niño grande.
- Deje un poco de margen. Si la guardería o el centro preescolar exigen tazas para sorber en el aula, explíquele a su hijo que hay tazas «escolares» y tazas «caseras», y que en casa bebe de las tazas para niños grandes.
- Sirva la bebida favorita de su hijo en una taza abierta solamente. Si tu hijo se resiste a dejar el vaso para sorber, deja que lo use para el agua. Pero reserva el vaso abierto para su bebida favorita. Cuando realmente quiera esa bebida, empezará a usar el vaso abierto.
- Intenta no estresarte por el desorden. Parte de aprender a beber en un vaso abierto es aprender a limpiar los derrames. Además, los niños pequeños disfrutan limpiando (aunque no lo creas, las escobas y las fregonas son algunos de sus juguetes favoritos). Así que no llores por la leche derramada. Dale a tu pequeño ama de casa un paño de cocina y déjale hacer!
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