Antes de empezar: Sí, tu sujetador puede afectar a tu salud. Una encuesta realizada por la marca de ropa interior Triumph en 2008, una investigación realizada en 1998 por el cirujano plástico Edward Pechter y un estudio realizado en 2012 en el Reino Unido han descubierto que el 80% de las mujeres usan la talla de sujetador equivocada. Pero aunque muchos han afirmado que la estadística es falsa -después de todo, las tallas de sujetador de las distintas marcas varían, y un grupo de mujeres no representa a las mujeres de todo el mundo-, no podemos negar que llevar un sujetador mal ajustado nos pasa a todas. Y una talla de sujetador incorrecta no sólo es incómoda, sino que también es perjudicial para la salud.

Con motivo del Mes de la Concienciación sobre el Cáncer de Mama, te explicamos cómo puedes identificar tu talla de sujetador y cuidar mejor tu cuerpo:

¿Cómo sé si llevo una talla de sujetador incorrecta?

¿Te quitas el sujetador nada más llegar a casa? Si tu respuesta es sí, no eres la única. Pero un sujetador que se ajusta perfectamente nunca debería hacerte sentir incómoda. Estos son los signos de que llevas un ajuste incorrecto:

Bultos, por todas partes

Los bultos son los signos más evidentes. Ya sea en los lados (esto no es la teta lateral que quieres), en la parte delantera o en la trasera, cualquier tipo de abultamiento significa que el ajuste no es correcto. Pero el ajuste correcto de la banda inferior puede solucionarlo. Sigue leyendo para saber cómo.

Lo estás enganchando en el gancho más apretado

La banda es de donde proviene la mayor parte del soporte. Si siempre lo has enganchado en el ajuste más apretado, lo estás haciendo mal. Cuando compres un sujetador nuevo, aprieta el cierre en el gancho más flojo y asegúrate de que sólo pueden entrar dos dedos. Los ganchos más apretados son para cuando tu sujetador se estira después de lavarlo y usarlo.

Los tirantes se clavan en tus hombros

Aunque la banda proporciona la mayor sujeción, el peso de tus pechos debería estar distribuido uniformemente cuando llevas un sujetador perfectamente ajustado. Si tienes marcas en los hombros después de quitarte el sujetador, es una señal de que estás confiando demasiado en los tirantes para la sujeción.

Tus pechos se irritan

¿Nunca has tenido una línea roja que te pica debajo de los pechos? Podría estar causada por el aro de tu sujetador. La doctora Nina Watson, radióloga de diagnóstico, explicó a Bustle que puede ocurrir cuando «tus sujetadores son viejos y el tejido que recubre el aro se ha desgastado, dejando esta zona sensible de la piel expuesta al aro». También puede ser causado por la fricción cuando el aro no se ajusta correctamente.

Tienes que reajustar tu sujetador a lo largo del día

¿Te has sorprendido tirando y tirando de tu sujetador a lo largo del día? Probablemente se deba a que las copas son demasiado grandes o demasiado pequeñas, o a que la banda está demasiado floja.

Derrame del sujetador (aka double-boobing / quad-boob)

Si tus pechos se derraman fuera de tu sujetador (ya sea en los lados o en la parte superior), probablemente tengas que aumentar la talla de la copa: ¡tus chicas tienen que respirar! Por el contrario, si hay un hueco enorme en la parte superior de la copa y apretar los tirantes del sujetador no funciona, prueba a bajar una talla de copa.

¿Por qué llevar una talla de sujetador incorrecta es malo para mi salud?

Independientemente de si tu sujetador es demasiado grande o demasiado pequeño, las consecuencias son las mismas: es malo para tu cuerpo. Llevar una talla incorrecta puede causar una serie de problemas de salud, y aquí tienes algunos de ellos:

Dolor de costillas

Sí, las costillas pueden doler si la banda del sujetador está demasiado apretada. Pero si el ajuste es correcto, el dolor podría ser causado por el aro; ciertos sujetadores que se asientan justo en la costilla pueden causar dolor y molestias a quienes tienen una caja torácica alta o una copa más llena. Si te ocurre esto, es hora de probar otro estilo.

Dolores en los hombros y en el cuello

Los sujetadores con un tamaño de copa más grande suelen venir con tirantes más gruesos para ayudar a distribuir el peso por el hombro. Si está demasiado apretado, puede causar hendiduras en los hombros, y la tensión puede extenderse hasta el cuello. ¿Combinado con largas horas frente al ordenador? Las molestias pueden convertirse en dolor de hombros y cuello.

Dolores de cabeza

Si tu sujetador no te queda bien (es decir, demasiado holgado), los músculos de la parte superior del cuerpo -especialmente los del cuello y los hombros- tendrán que trabajar más para soportar el peso de tus pechos. Cuando están sobrecargados de trabajo, puede causar dolores de cabeza, específicamente cefaleas cervicogénicas (o dolores de cabeza de origen cervical).

Mala postura

El dolor y las molestias de tu hombro, cuello y espalda te harán encorvar los hombros y, a la larga, arruinarán tu postura. Según The Joint Chiropractic, una mala postura puede provocar falta de aliento, ya que el aire que entra en los pulmones es insuficiente.

Los pechos se estiran o se caen

Es normal que tus pechos tengan estrías y se caigan, pero si ocurre demasiado rápido y demasiado pronto, lo más probable es que se deba a un sujetador mal ajustado. Si tu sujetador no te proporciona suficiente sujeción, los ligamentos de Cooper de tus pechos -que ayudan a mantener la forma- se estirarán; y una vez que lo hagan, no podrán revertirse.

Ganglios linfáticos bloqueados

En casos más graves, puede producirse un bloqueo de los ganglios linfáticos. Los vasos linfáticos son muy finos, y cuando el sujetador es demasiado apretado, la presión ejercida con el tiempo puede hacer que se cierren.

Aunque es importante encontrar la talla y el ajuste correctos del sujetador, también es importante tener en cuenta que todas las mujeres deben acudir a un profesional para que les ajuste el sujetador cada medio año, y especialmente cuando se produzca un cambio, ya sea un aumento de pecho, antes y después del embarazo, etc. Un sujetador que se ajuste perfectamente permitirá que el cuerpo funcione a su máximo potencial, y no hay mejor momento que ahora para empezar a cuidar la salud de nuestros pechos.