Digamos que tienes 99 problemas, así que has decidido probar la meditación para reflexionar sobre algunos de ellos. Sin embargo, cuando por fin tienes un minuto para ordenar tus muchos pensamientos, no te viene a la cabeza ni uno solo. La frustración se asemeja al miedo escénico: has estudiado los mantras y conoces tus líneas, pero ¿qué ocurre? Incluso la mente del meditador más experimentado puede quedarse en blanco de vez en cuando, así que no asumas que tienes que saber en qué debes pensar cuando meditas. Siempre existe la posibilidad de que te quedes en blanco en el momento, así que si lo haces, no te asustes. Todavía puedes, y debes, aprovechar al máximo este tiempo.

La meditación es muchas cosas. Es relajante, reflexiva, provoca pensamientos, pero también puede ser extremadamente incómoda e intimidante, especialmente si estás empezando con tu práctica. La cuestión es que la vida es tan ajetreada hoy en día que, probablemente, entre el estudio de ese examen final de historia universal, las horas extra en el trabajo, los planes para quedar con los amigos y el constante trasteo con el teléfono cada vez que tienes un momento libre, nunca estás realmente a solas con tus pensamientos. Al menos, no muy a menudo.

Y en eso consiste la meditación, ¿verdad? Reservar unos minutos de tu apretada agenda para encontrar un lugar tranquilo, un momento de soledad, que te permita estar presente para pasar un rato a solas con tus pensamientos. ¿No te parece que eso da mucho miedo? Probablemente, si es la primera vez que le das una oportunidad a la reflexión en silencio. Pero la buena noticia es que resulta más fácil cada vez que se practica, y la presión que puedes sentir al principio desaparece también cuando te das cuenta de que no tienes que saber en qué pensar cuando meditas. Sólo tienes que dejar que lo que fluya, fluya.

Kelli Douglas, fundadora de The Meditation Class, dice a Elite Daily que la mejor manera de abordar la meditación es sin una agenda, porque la meditación está destinada a despejar tu mente y servir como un momento en el que eres capaz de observar tus pensamientos. Si te sientas a meditar con un tema específico sobre el que reflexionar, en realidad no estás meditando, sino contemplando, dice Douglas. En cambio, explica que el objetivo es sentarse cómodamente y entrar en un estado de reposo, ya que «no hacer ningún esfuerzo permite al cuerpo liberar el estrés y la fatiga, lo que nos permite estar más energizados y concentrados cuando terminamos de meditar».

Por supuesto, hay muchos tipos diferentes de meditaciones, incluyendo algunas que se consideran «guiadas», en las que un instructor te da una indicación, o algo para visualizar mientras meditas. Pero no confundas la guía de tu profesor con la restricción, porque no son lo mismo, especialmente en esta práctica de enraizamiento.

«Las meditaciones guiadas se crean para ayudarte a ser ‘guiado’ a través de temas y tópicos particulares, y hay muchos temas para explorar, dependiendo de lo que esté en tu mente», dice Patricia Karpas, cofundadora de Meditation Studio y jefa de contenido de Muse y Meditation Studio, a Elite Daily. Por ejemplo, si tienes un mal día, puedes elegir una meditación guiada para superar el mal humor, o si te cuesta encontrar motivación por la mañana, puedes probar una práctica de gratitud matutina. Este tipo de indicaciones están pensadas para preparar el terreno, pero la dirección que tome tu mente depende de ti.

Así que, en realidad, lo primero y más importante es que tu intención al iniciar una práctica de meditación sea liberar tu mente. Es más fácil decirlo que hacerlo, lo sé, pero ¿sabes qué? Todo el mundo lo sabe. Como he mencionado antes, incluso alguien que ha estado meditando todos los días durante años tiene problemas para aquietar su mente de vez en cuando. Pero con técnicas como centrarse en la respiración o repetir un mantra susurrándolo en voz alta o diciéndoselo a uno mismo en silencio, la profesora de yoga y fundadora de Yoga IS, Suzanne Bryant-Cunha, dice a Elite Daily que se puede alcanzar ese estado de relajación. Una vez que lo hagas, tu cerebro se restablecerá, cualquier tensión o estrés que sientas empezará a disiparse y podrás volver a conectar con ese nivel de la mente que «ya está en calma con una inteligencia, un enfoque y una claridad infinitos», dice Bryant-Cunha.

Tan pronto como alcances este estado meditativo, es cuando puedes empezar a implementar indicaciones en tu práctica. En general, sin embargo, lo más importante es hacer que tu meditación sea tuya. Como dice Marc Champagne, presentador del podcast y cofundador de la aplicación de reflexión diaria KYO, a Elite Daily, los temas más importantes que hay que explorar son los que son más importantes para ti en ese momento. Sin embargo, dice, hay que ser amable con uno mismo y saber que la mente está destinada a divagar, por lo que no hay necesidad de sentir que se está «fallando» en la meditación. La mente humana piensa – es natural, y está bien.

En resumen: La meditación no es una práctica única. Cada uno se acerca a este tiempo a su manera, aprovechándolo como quiera. Pero para los principiantes que buscan algún tipo de orientación, Andrea Dinnick, experta en bienestar y belleza y fundadora y directora ejecutiva de Desavery, dice que el término medio entre pensar en algo y no pensar en nada, es centrarse en la respiración.

«Centrarse en la inhalación y la exhalación es muy enraizante y ocupa tu mente lo suficiente para mantenerte centrado en tu práctica», dice a Elite Daily. «Cuenta ‘uno’ al inhalar y ‘dos’ al exhalar con el objetivo de llegar a ’20’. No pasa nada si tu mente divaga porque es fácil recalibrar y empezar de nuevo».