El síndrome de Wendy: Cuidar a los demás y descuidarse a uno mismo
Cuando se habla del Síndrome de Wendy, muchos piensan que la descripción que hace la psicología popular es algo anticuada y propia de generaciones pasadas (de nuestras madres y abuelas).
Pero nada más lejos de la realidad. La necesidad de cuidar a nuestras parejas, darles todo y anteponer sus necesidades a las nuestras, es algo que se ve como normal hoy en día.
Muchas mujeres cometen el error de «amar demasiado» haciendo que pierdan su propia autoestima.
Es importante limitar esto y trabajar para encontrar un equilibrio. Puedes adorar a tu pareja, dar mucho amor a tus padres o amigos, pero nunca debes llegar a olvidar tus propias necesidades.
Nada debe ser más importante que tu propio crecimiento personal.
En este artículo abordaremos este tema y conoceremos un poco más sobre El Síndrome de Wendy.
El síndrome de Wendy, la mujer perfecta para un Peter Pan
¿Recuerdas las personalidades de Wendy Darling y Peter Pan del famoso libro de James M. Barrie?
Peter es un niño que se niega a crecer. No quiere tener las responsabilidades de un adulto y busca una vida de aventuras sin tener que entrar nunca en el terreno de la estabilidad y la madurez.
Peter Pan, por tanto, representa a los hombres inmaduros. No sólo son incapaces de responsabilizarse de su propia vida, sino también de la de los demás.
¿Y qué hay de Wendy Darling? Es la joven que -desde el primer día- se responsabiliza de la limpieza de la casa, cuida de los «niños perdidos» e incluso cose la sombra de Peter para que no tenga que preocuparse de volver a perderla.
Lo da todo por los demás porque eso es lo que la hace feliz.
Características de las personas con el síndrome de Wendy:
- Sienten la necesidad de proporcionar cuidados, de atender a los demás. De este modo, sienten que están haciendo felices a otras personas.
- Estas personas pondrán las necesidades de los demás por encima de las suyas propias, y entonces, poco a poco, empiezan a sacrificar sus propios deseos e incluso las cosas que son importantes para ellos.
Hacer cosas por la gente les hace sentir mejor
- Para estas personas, dar cuidados es una forma de ofrecer amor.
- Lo hacen libremente y porque quieren.
- Nadie les obliga a preocuparse por los demás.
Sin embargo, suelen «encariñarse» con una pareja con el síndrome de Peter Pan. Se trata de hombres inmaduros que permiten que la gente se ocupe de ellos, que no quieren ser responsables y que se sienten cómodos teniendo una pareja que se responsabilice de todo, incluso de sus hijos.
Miedo a estar solo
Las personas con El Síndrome de Wendy temen dos cosas: que los demás dejen de necesitarlos y que ellos se queden solos.
La idea de no tener a nadie a quien cuidar les aterra, porque es la forma en que se sienten útiles y demuestran su amor. Al mismo tiempo, esto les ayuda a verse como valiosos y necesarios.
Las cosas cambian
Hay un aspecto importante a tener en cuenta. Es posible que cuidar y ayudar a los demás te haga feliz. Sin embargo, llegará el momento en que te des cuenta de que los demás podrían estar manipulándote
En algún momento, empezarás a sentir que estás dando demasiado sin nada a cambio. Puede llegar el día en que te sientas frustrado e infravalorado, y es entonces cuando surge el problema.
Debes tener cuidado para que esto no se transforme en una posible depresión.
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Cuidar de uno mismo y también cuidar de los demás
¿Deberíamos acaso dejar de preocuparnos por los demás? O de preocuparnos por nuestros seres queridos? En absoluto. Nunca lo hagas.
Nuestras parejas, familias, y especialmente nuestros hijos: estas personas forman una parte enorme de nuestras vidas. Forman parte de nuestra identidad, y son pilares indiscutibles en nuestro día a día.
Sin embargo, en todas nuestras relaciones personales, es importante tener un sentido del equilibrio, y tener en cuenta los siguientes aspectos:
Crecimiento personal
No olvides nunca la importancia de desarrollar tu propio crecimiento personal, de tener tu propio espacio, tus aficiones, de defender tus valores, y de cuidar tu autoestima.
Si lo das todo por los demás, acabarás sintiéndote vacío. Entonces empezarás a sentirte insatisfecho, frustrado y triste.
¿Y de qué les sirves a los demás si tú mismo eres infeliz?
Energía positiva
Si eres una persona que se siente orgullosa de sí misma, si te sientes feliz, tienes una buena autoestima y la autosuficiencia para responsabilizarte de ti mismo, también podrás dar toda esa energía positiva a los demás.
Todos estos rasgos positivos se contagiarán a los que te rodean.
Mereces sentirte querido
Puedes cuidar a tu pareja o a la persona que amas, pero ten en cuenta que tú también mereces que te cuiden, te reconozcan y te valoren.
Es un juego de poder en el que ambos deben ganar y ninguno pierde. Si eres de esas personas que se sienten felices cuando cuidan a los demás, recuerda que debes empezar por cuidarte a ti mismo.
Si tú caes, ellos también lo harán. Cultiva tu propia felicidad y entonces también podrás ofrecer felicidad a los demás.
¡Vale la pena el esfuerzo!