¿Eres consciente de que a medida que creces, la amistad es lo que se aleja más fácilmente? El trabajo, las vacaciones, las relaciones, los momentos familiares… todos son tan importantes en la vida que es difícil poner la amistad en un lugar más prioritario.

¿Alguna vez has estado en una cena en casa de un amigo, tú y tus amigos no teníais nada de qué hablar y tuvisteis que forzaros a hablar sólo de algo, como «¿qué tal te ha ido últimamente?», o «oh la pasta está muy rica…»?

Este tipo de situación incómoda sólo nos hace preguntarnos para qué sirve la amistad; pero luego, también nos sentimos incómodos por tener que declarar que la amistad tiene que servir para algo – qué contradictorios somos.

Aquí tienes una buena noticia…

La amistad sí tiene su propósito, y tener un propósito no arruina la verdadera amistad.

La gente llega a tu vida por una razón. (Duh.) Sin embargo, la gente se junta para ser amigos por algunas razones.

Alex Lickerman, el autor de The Undefeated Mind: On the Science of Constructing an Indestructible Self (La mente invicta: La ciencia de la construcción de un yo indestructible), habla de las cosas que unen a las personas como amigos.

En lugar de entablar amistad con personas al azar, tendemos a crear vínculos con personas que comparten los mismos intereses, comparten valores comunes, han pasado por las mismas dificultades y se apoyan mutuamente por igual.

Somos selectivos con los amigos porque no todos pueden servir para intercambiar pensamientos y sentimientos con nosotros.

Cuando llegamos a conocer a la gente, hay cuatro cosas que realmente buscamos.

En primer lugar, queremos que nos den seguridad para saber que no estamos solos al ser de una manera específica.

Todos tenemos nuestros puntos débiles. Siempre hay algo con lo que no estamos satisfechos, o algunos pensamientos que somos reacios a compartir con los demás porque tememos que nos juzguen o nos defrauden.

Necesitamos el tipo de amigo que entiende nuestros pensamientos y debilidades; así podemos sentirnos cómodos para bajar la guardia y estar a gusto con lo que somos.

También queremos divertirnos con gente con la que podamos ser tontos.

La vida es estresante; y nos enseñan a ser siempre serios y maduros en el trabajo y en la vida de adulto. Imagínate a ti mismo como una banda elástica, si siguieras tirando de ti y te mantuvieras tenso, acabarías por romperte. Eso es exactamente lo que ocurriría si no nos divirtiéramos lo suficiente en la vida.

Los amigos aquí, sirven para dejarte ser tan tonto como quieras y compartir la alegría y la emoción contigo.

Y necesitamos la ayuda de alguien para aclarar nuestras mentes.

Todos somos personas imperfectas, a veces nos confundimos y nuestra mente se vuelve caótica.

Por ejemplo, muy a menudo nos sentimos frustrados en el trabajo y no sabemos muy bien por qué, pero después de compartir nuestras confusiones con los amigos, de alguna manera conseguimos aclarar las cosas y tenemos una mente más clara para volver al trabajo.

Un amigo pensante que nos da consejos constructivos y nos hace preguntas de sondeo puede inspirarnos para resolver nuestros problemas y conocernos mejor.

Por último, hacemos una red para buscar colaboradores que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos.

Tenemos nuestros propios sueños y metas, pero somos pequeños y frágiles como individuo. Para sacar las cosas adelante, necesitamos colaboradores que alineen sus capacidades y energías con las nuestras.

Tomemos como ejemplo a Emma Watson, que es una activista del feminismo, y se conecta en red para reunir a personas afines que también aspiran a luchar por la igualdad de género a través de la campaña HeForShe y el club de lectura feminista Our Shared Shelf.

La razón central espiritual de una amistad es ayudarnos a cambiar y crecer.

El orador motivacional Jim Rohn dijo una vez,

«Eres la media de las cinco personas con las que pasas la mayor parte de tu tiempo»

Esto se relaciona con la ley de los promedios, una teoría según la cual el resultado de cualquier cosa será la media de todos los resultados.

Así que si quieres crecer, tener éxito, o simplemente ser feliz y positivo; las personas con las que pasas el tiempo importan.

Pasar de algunas amistades simplemente significa que has entendido cómo es la verdadera amistad.

Te preguntarás, «¿qué pasa con aquellos que no comparten mis ambiciones o intereses? ¿Y los que no pueden tranquilizar mi existencia? ¿O aquellos con los que no me siento realmente cómodo para ser tonto?»

Con el paso del tiempo, probablemente sentirás que es difícil seguir siendo amigo de estas personas. Atrévete a dejar ir a algunas personas que no te ayudan a cambiar y a crecer como una persona mejor y más feliz.

No significa que hayas perdido la esperanza o la creencia en la amistad, simplemente significa que has comprendido lo que es una verdadera amistad.

Pasa de las amistades que apenas puedes mantener. No es necesario que reniegues de tener esos amigos, y puedes conservar los recuerdos contigo. Pasar página es sólo una forma de ayudarte a acercarte a las verdaderas amistades que son mejores para ti y para los demás.

Este artículo está inspirado en El propósito de la amistad de The School of Life. Mira el video completo aquí.