El peor cumpleaños
PRÁCTICA
Ayer fue mi cumpleaños. Así que pensé: ¿Por qué no escribimos sobre los cumpleaños?
Pero al intentar escribir sobre mi bonito y feliz cumpleaños, me di cuenta de que ¡los cumpleaños felices son aburridos!
En su lugar, escribamos sobre los peores cumpleaños que hayamos tenido (o nuestros personajes).
Escribe durante quince minutos. Cuando termines, publica tu práctica en la sección de comentarios. Y si publicas, asegúrate de dar tu opinión a otros practicantes.
Foto de Aih.
Aquí está mi práctica:
Bajó la escalera con la vista al frente, la cabeza erguida, tan alta como pudo. Sintió que el músculo de su nuca se tensaba mientras se levantaba y que su columna vertebral se estremecía cuando todo el mundo en el abarrotado salón de baile miraba hacia ella.
«Ven ahora, querida. ¿No estás preciosa?», dijo el Canciller. Ella le cogió del brazo, preguntándose dónde estaría su padre, y él la condujo entre la multitud.
No sintió el vestido dorado de seda resbalar contra sus tobillos. Y excepto en ese primer momento, no sintió el peso de esos ojos, casi mil, todos cayendo sobre ella.
Ni siquiera sintió el frío en la sala, del que algunos de los otros invitados se quejaron entre sí más tarde, despreciando por completo el evento. «Al menos podrían haber encendido un fuego. Señor, qué pérdida de tiempo. Y por una excusa tan lamentable para una joven que nos abandonaría nada más reconocerla», decían las matriarcas en sus dormitorios y desayunos, en sus salones matinales y también entre ellas, en salones y coctelerías de toda la ciudad. Un desperdicio de noche. Terriblemente aburrido e incómodo, todo el asunto.
No, no sintió el frío. Lo único que sintió fue la suavidad de la chaqueta del Canciller. ¿Cómo es posible que no sienta ningún hilo? ¿Alguna costura? Y ese pensamiento casi ausente, ¿dónde está mi padre?
