En los años sesenta y setenta, los investigadores realizaron docenas de encuestas en instituciones mentales, hospitales de máxima seguridad y prisiones de todo el mundo. Buscaban anomalías cromosómicas en hombres altos y agresivos con la esperanza de poder relacionar la delincuencia violenta con un raro trastorno genético que se acababa de descubrir, el síndrome XYY.

Aunque los genetistas encontraron altos porcentajes de hombres XYY en instituciones penales y hospitales de alta seguridad, gran parte de sus investigaciones fueron cuestionadas posteriormente.
Muchos de estos hombres XYY tenían un historial delictivo, pero no eran más violentos o agresivos como los investigadores habían hipotetizado. En algunos de los primeros estudios, los porcentajes de delitos violentos cometidos por los hombres XYY eran en realidad menores que los de los grupos de control con los que se comparaban. Además, el tamaño de las muestras de los grupos observados era demasiado pequeño para cumplir los estándares de cualquier investigación científica creíble.

Por supuesto, las organizaciones de noticias se aferraron a estos estudios y dieron carácter sensacionalista a algunos de los resultados. Muchas publicaciones utilizaron el término «supermacho» para describir a los asesinos en masa y criminales violentos que supuestamente tenían el defecto genético.

Hoy en día, la mayoría de los científicos, psicólogos y criminólogos no le dan ningún valor a esta investigación anticuada, pero el mito de un «supermacho» con un cromosoma Y extra sigue vivo en la cultura popular.

Mira el vídeo de arriba para ver cómo surgió el mito del «supermacho» XYY.