El lado oscuro de la nuez negra
Afortunadamente, mi objetivo era recoger sólo las cáscaras exteriores de las nueces. Las nueces, bellamente fragantes y verdes cuando se recogen por primera vez, se maduran hasta alcanzar un incomparable y profundo color marrón. Se pueden convertir en una rica tinta marrón oscura que es el sueño de cualquier dibujante. Esperaba compartir este ritual otoñal con mi hija pequeña. En el fondo, albergaba la esperanza de que dejara sus tinas de babas de purpurina el tiempo suficiente para apreciar algo más orgánico.
Las nueces siempre han sido apreciadas por los humanos. La madera marrón oscura del árbol es dura, duradera y relativamente fácil de trabajar. Y aunque la nuez es una auténtica odisea para extraerla, proporcionaba un valioso alimento tanto a los nativos americanos como a los colonos. Los nogales también se plantaban por su extensa copa, que, en su madurez, daba sombra tanto a las casas como a los patios. En la naturaleza, estos árboles prefieren suelos ricos y bien drenados, y a menudo se encuentran cerca de los fondos de los ríos o arroyos.
La elaboración de la tinta de nogal negro no es difícil, y dibujar o escribir con la rica tinta y un bolígrafo de punta de acero evoca mágicamente el otoño, sin importar la estación.
Las recetas más sencillas para la tinta de nogal son básicas. Hervir las cáscaras peladas de unas ocho nueces en aproximadamente un litro de agua en una olla grande (el hierro fundido hará que el color sea aún más oscuro) hasta que el líquido alcance la riqueza deseada. A continuación, se deja enfriar un poco el líquido y se cuela repetidamente a través de una gasa.
El líquido resultante puede utilizarse tal cual o refinarse aún más con un poco de goma arábiga. A menudo se recomienda añadir vinagre o alcohol para evitar que la tinta se estropee.