El gran Willy Burgdorfer, 1925-2014
Por Lucy Bauer
Lunes, 2 de febrero de 2015
Cuando pensamos en la investigación que marca la diferencia, a menudo nos imaginamos a personas cuyos descubrimientos particulares marcaron momentos decisivos en la historia científica. Una de esas personas que tuvo un impacto sustancial en la ciencia biomédica y la salud humana fue el biólogo Wilhelm «Willy» Burgdorfer, Ph.D., que falleció el 17 de noviembre de 2014, tras 89 años de vida.
El Dr. Willy Burgdorfer ante uno de sus microscopios, a través del cual observaba especímenes de espiroquetas
El Dr. Burgdorfer era un entomólogo médico, autodenominado «cirujano de garrapatas», y más tarde científico emérito del IRP de los NIH, que trabajaba en los Rocky Mountain Laboratories (RML) del NIAID en Hamilton, Montana. Junto con el Dr. Alan Barbour, colega en el RML, el Dr. Burgdorfer descubrió el agente infeccioso que causa la enfermedad de Lyme, una espiroqueta bacteriana que ahora lleva su nombre: Borrelia burgdorferi. Se calcula que unas 300.000 personas contraen la enfermedad de Lyme cada año en Estados Unidos.
«Willy era un colega generoso y tenía un gran sentido del humor», recuerda el Dr. Tom Schwan, investigador principal del Laboratorio de Patógenos Zoonóticos del RML y uno de los estrechos colaboradores del Dr. Burgdorfer. «Le gustaba compartir sus conocimientos, y yo disfrutaba mucho cuando me enseñaba las técnicas que había aprendido y puesto a punto a lo largo de los años. Al ser suizo, hablaba francés y alemán, además de inglés, y siempre me ayudaba con las traducciones de los trabajos».
Si no fuera por el resultado del lanzamiento de una moneda con un compañero de posgrado en la Universidad de Basilea, el Dr. Burgdorfer podría haber llevado a cabo campañas de DDT contra los mosquitos en Cerdeña. En cambio, tras el lanzamiento de ese franco suizo, el Dr. Burgdorfer se trasladó a Estados Unidos y pasó a convertirse en un experto mundialmente reconocido en entomología médica y en el campo de los agentes causantes de enfermedades humanas, centrándose específicamente en las garrapatas.
En noviembre de 1981, siete años después de que se detectara por primera vez la enfermedad de Lyme en Connecticut, el Dr. Burgdorfer identificó las espiroquetas como el agente causante de la enfermedad. Muchos médicos de la época atribuían la enfermedad de Lyme a un vector vírico transportado por garrapatas, pero el Dr. Burgdorfer observó que las garrapatas de los ciervos son portadoras de la bacteria en forma de sacacorchos. Su descubrimiento fue una sorpresa, dado que hasta entonces no se sabía que las garrapatas de los ciervos fueran portadoras de espiroquetas.
Micrografía de espiroquetas de Borrelia burgdorferi capturadas por el Dr. Burgdorfer
«Una vez que mis ojos se centraron en estos organismos largos y con forma de serpiente, reconocí lo que había visto un millón de veces antes: espiroquetas», dijo el Dr. Burgdorfer en su entrevista de historia oral en los NIH en 2001. El descubrimiento de la Borrelia burgdorferi allanó el camino hacia una comprensión más profunda de la misteriosa enfermedad que se ha convertido en un problema de salud pública mundial.
Además de su investigación sobre la enfermedad de Lyme, la carrera de 34 años del Dr. Burgdorfer en el RML incluyó muchos otros aspectos destacados, como su trabajo sobre la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas. Publicó más de 200 artículos en revistas especializadas, capítulos y libros sobre una variedad de bacterias y virus. Recibió muchos premios, como el de miembro de la Academia Suiza de Ciencias Médicas (2001), la Medalla Walter Reed (1990) y la Medalla de Oro Robert Koch (1988).
El Dr. Schwan también vivió como vecino del Dr. El Dr. Schwan también vivió como vecino del Dr. Burgdorfer durante más de 20 años y lo recuerda como un querido amigo y mentor, sobre todo en los primeros días de sus colaboraciones.
«me ayudó a mantener el rumbo al principio, pero también me enseñó a ser cauto y a estar atento a la hora de planificar los experimentos», dice el Dr. Schwan. «Cuando iba a su despacho con una idea, me decía algo como lo siguiente: ‘Tom, puedes estar seguro de que alguien ya ha pensado en esto; alguien puede haber hecho ya esto; y alguien puede haber publicado ya esta idea’. Esto siempre me obligaba a volver a la biblioteca y a leer e investigar más antes de empezar un proyecto concreto».
Lea sobre el avance del Dr. Burgdorfer con sus propias palabras en su relato de 2004, «How the discovery of Borrelia burgdorferi came about»
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