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Echt de Leche de Bruja

La leche es un manjar que no necesita presentación, bendecido con un exceso de nutrientes y amalgamas bioactivas que echan una mano en el desarrollo biológico de humanos y animales. Todo el mérito es de las madres que nutren a sus hijos y los hacen diestros para digerir otras categorías de alimentos con el debido tiempo. Los seres humanos y otros mamíferos producen leche de la glándula mamaria (glándula exocrina) para alimentar a sus crías, pero a veces los bebés producen leche de sus glándulas mamarias/pechos. Esta columna se dirigirá a las fraternidades científicas y al público en general sobre el llamado folclore; ‘Leche de Bruja’ que todavía respira en el siglo 21.
La leche secretada por los bebés recién nacidos y los mamíferos inmaduros (Galactorrea) de cualquier sexo se conoce como leche de bruja o Hexenmilch y siempre ha sido el tema tratado en las revistas científicas, ilustrado por primera vez en los bebés en 1686. Al ser folclore, algunas comunidades alegaban que las mujeres eran culpables de haber vendido su alma a Satanás a cambio de la recompensa de poderes místicos y se las denominaba brujas y se creía que perseguían a los bebés amamantando sus glándulas mamarias y dejando las «marcas de las brujas». Esta persistente superstición dio lugar a la costumbre de extraer la leche materna del bebé rápida y repetidamente para salvaguardar al neonato de las brujas. Otra creencia era que la formación de leche de los pechos de los bebés era inducida por espíritus malignos, duendes o diablillos para proveerse de una fuente de alimento y que esta leche mala debía ser succionada. Esta práctica cultural traicionera se extinguió en los países desarrollados tras la llegada de la ciencia moderna, pero persiste en los países menos desarrollados incluso en la actualidad. La India es uno de los países que defienden este mito y siguen las prácticas habituales de ordeñar los pechos de los recién nacidos todos los días desde los 7 días hasta las 7 semanas. Recientemente, en zonas rurales del norte de la India, se han documentado antecedentes de extracción manual de las secreciones mamarias en 15 de 32 neonatos que desarrollaron mastitis o abscesos mamarios junto con algunas complicaciones como celulitis, fascitis, osteomielitis, abscesos cerebrales y sepsis. La práctica de la manipulación de las mamas es cruel para el lactante, ya que los padres informaron de que todos los bebés lloraban, especialmente cuando se hacían intentos enérgicos para extraer las últimas gotas de leche de los pechos. El sufrimiento acumulado de dolor por parte del lactante durante muchos días o semanas es enorme y también debería percibirse como una forma de crueldad cultural.
En medicina, la secreción de leche del lactante es un episodio fisiológico normal y no es obligatorio acudir a la mejora diagnóstica o terapéutica a menos que la zona se ponga roja o sensible. En parte, basándose en algunos estudios significativos, actualmente se cree en general que dos hormonas maternas, el estrógeno y la prolactina, durante las últimas etapas del embarazo preparan las glándulas mamarias maternas para la lactancia, y se escapan a la circulación fetal en cantidad suficiente para que aparezca el mismo fenómeno en los neonatos. Además, se ha informado de que la incidencia del agrandamiento de las mamas se sitúa en torno al 70% en los neonatos normales y se considera una respuesta fisiológica. El aumento de las mamas puede variar considerablemente de tamaño, pero el tejido mamario palpable suele medir < 2 cm. La hiperprolactinemia también puede estimular las mamas para que produzcan leche de bruja y su secreción es más probable que se produzca en los bebés nacidos a término, y no en los prematuros, y se estima que su consistencia es bastante similar a la de la leche materna. Su producción también puede ser provocada por ciertos medicamentos como la metoclopramida. Los fenómenos fisiológicos de agrandamiento de las mamas y de secreción de leche suelen ser autolimitados, pero a veces pueden persistir hasta los 2 meses de edad; sin embargo, el vaciado manual repetido de las glándulas puede dar lugar a una secreción continua de leche hasta las 24 semanas.
En mamíferos inferiores, se ha informado de la secreción de glándulas mamarias en un caballo de cinco semanas con concentraciones variables de caseína, albúmina, extractivos y azúcar. También hemos encontrado casos de leche de bruja en el ternero del distrito de Shopian y Baramulla y en breve esperamos descubrir más casos de leche de bruja destinados a estudios clínicos y de investigación. Los primeros análisis sugieren que la secreción mamaria de la recién nacida es verdadera leche; sin embargo, aún no se ha determinado si la llamada leche de bruja es química y físicamente normal o hasta qué punto tiene características de calostro. El grado de secreción de microorganismos o sustancias químicas en la leche de bruja está relativamente inexplorado; las proteínas del suero son las únicas sustancias analizadas. El siguiente paso para futuros estudios sobre la leche de bruja sería analizar a fondo la química y la microbiología de la leche de bruja para determinar si expresa alguna sustancia de utilidad diagnóstica. El uso de la leche de bruja como fluido corporal alternativo para detectar sustancias químicas y microorganismos es un campo virgen que merece una mayor investigación tanto en la medicina humana como en la animal.
En algunas partes del valle de Cachemira, la extracción de leche del pecho del neonato sigue siendo practicada por los curanderos para curar la ictericia neonatal sin ninguna justificación científica. No debemos olvidar que toda marca biológica, ya sea una estría posterior al parto o esta llamada «marca de bruja», tendrá sus implicaciones. El cambio resultante en la apariencia del cuerpo puede afectar negativamente a la imagen y a la confianza en uno mismo. Quienes padecen marcas o cicatrices se sienten desvalorizados por la sociedad. Las personas con cicatrices experimentan una remodelación de su estado emocional y son más propensas a desarrollar depresión y ansiedad. Los médicos suelen carecer de formación para reconocer y gestionar los problemas psicosociales. Por lo tanto, es un deber primordial que contemplemos y hablemos de este mito social malévolo que se respira en nuestras comunidades. El papel principal en este tema es el de los padres, que son la base del futuro de los niños. Los padres deben abordar este insulto médico a los doctores a pesar de enmascararlo, lo que persuade el crecimiento del hongo de los mitos dentro de nuestras sociedades. Las hermandades médicas, las sociedades civiles y las ONG deben organizar programas para dirigirse al público sobre la veracidad de la leche de bruja junto con alguna inspección en los pueblos donde esta mala práctica puede ser habitual.