¿Cuándo importa la raza?
La conciencia pública de la raza en la sociedad estadounidense se ha agudizado enormemente en los últimos años con la revelación de las muertes de negros durante las acciones policiales, el auge del movimiento Black Lives Matter, y por diversas declaraciones, así como por las políticas contra los mexicanos y otros grupos de inmigrantes del actual presidente de los Estados Unidos. La importancia de la raza ha sido observada desde hace mucho tiempo por los epidemiólogos sociales que estudian las amplias disparidades en la salud entre los grupos raciales en los EE.UU. (US CDC, 2013). Un componente clave de estas disparidades, y probablemente en la vía causal entre la raza y la salud, son las grandes y crecientes disparidades en los ingresos, la riqueza y los logros educativos entre los grupos raciales, que conducen a la desigualdad de oportunidades para el empleo de alta calidad (Burgard y Lin, 2013). Al mismo tiempo, existe un amplio consenso entre biólogos y genetistas de que la raza tiene poca o ninguna importancia biológica (Lee et al., 2008). Por ejemplo, el grado de variabilidad interindividual en los genotipos supera ampliamente la variabilidad entre grupos humanos (Race Ethnicity and Genetics Working Group, 2005). En consecuencia, el concepto de raza se considera ahora una «construcción social», es decir, un conjunto de normas y supuestos ampliamente acordados por una población. La construcción social de la raza se ve confirmada por el hecho de que la definición de raza cambia con el tiempo y varía según el país. Por ejemplo, en EE.UU. se define la raza (blanco, negro, asiático, indio americano, hawaiano o isleño del Pacífico) y la etnia (hispano, no hispano) por separado (NIH, 2001), en Sudáfrica se define la raza utilizando los legados históricos (africano, asiático, de color, blanco), y en Francia hace tiempo que se exigen políticas y prácticas «daltónicas» o neutrales con respecto a la raza.
Dadas las disparidades socioeconómicas y sanitarias entre los grupos raciales, y la ausencia de diferencias biológicas sustanciales entre ellos, ¿qué papel desempeña la raza en la salud e higiene laboral? En una famosa serie de artículos de Lloyd y sus colaboradores en la década de 1970 (Redmond, 1983), se demostró que, aunque la raza estaba fuertemente asociada al riesgo de cáncer de pulmón entre los trabajadores del acero, no era la biología de la raza, sino la segregación social de los trabajadores negros a los puestos de trabajo más expuestos en la parte superior de los hornos de coque lo que determinaba el riesgo tan elevado. Además de poner de manifiesto la desigualdad asociada a la asignación de puestos de trabajo determinados por la raza, estos estudios ayudaron a demostrar el papel central que debe desempeñar la evaluación cuantitativa de la exposición en la comprensión de los riesgos laborales. Estos análisis también ayudan a mostrar por qué el uso de la raza, incluso sin intención, como sustituto de las diferencias en la exposición puede llevar a conclusiones muy engañosas sobre la susceptibilidad entre grupos de trabajadores. Además, el uso incorrecto de la raza u otros constructos sociales en nuestra investigación puede contribuir inadvertidamente a las desigualdades estructurales en el empleo y la salud.
En este número, Maganyi et al. (2017) de Sudáfrica demuestran un cuidadoso desenredo de la clasificación racial determinada socialmente con las diferencias biológicas que pueden dar lugar a exposiciones y riesgos diferenciales. Al considerar los determinantes de la adaptación al respirador entre un grupo diverso de trabajadores sanitarios y de laboratorio masculinos y femeninos, presentan resultados por categorías raciales sudafricanas definidas oficialmente, pero lo hacen junto con mediciones neutrales de raza y género de dimensiones faciales relevantes. Aunque las clasificaciones demográficas pueden ayudar a explicar algunas de las diferencias en las asignaciones de trabajo y la disponibilidad de medidas de protección que conducen a disparidades en la exposición y, por lo tanto, en el riesgo, son las dimensiones faciales y no la raza las que se asocian en última instancia con el grado de ajuste del respirador. Cuando se utilizan tanto las dimensiones demográficas como las faciales en un modelo de regresión múltiple, sólo los valores medidos siguen siendo predictores significativos del ajuste de la mascarilla de respiración.
Los Anales de Exposiciones Laborales y Salud publican estudios que nos ayudan a comprender los determinantes de los riesgos para la salud relacionados con el trabajo, tanto si esos riesgos están definidos socialmente como si están mediados biológicamente. Cuando esos determinantes incluyen clases socialmente definidas, como la raza, el género, la edad u otros indicadores de poblaciones vulnerables, respaldamos el uso de esas variables para el análisis. Sin embargo, si los datos demográficos sociales se utilizan como un sustituto mal definido de la exposición, o para algunas diferencias biológicas no especificadas, debe evitarse su uso. En todos los casos, animamos a los autores a que piensen claramente en cómo y por qué están clasificando a las personas en grupos demográficos, y qué se pretende con esas clasificaciones. La justificación del uso de las variables demográficas debe estar claramente delineada en cualquier artículo que elija hacer tales distinciones.
Declaración
El autor declara no tener ningún conflicto de intereses para este editorial.
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Disponible en http://grants.nih.gov/grants/guide/notice-files/NOT-OD-01–053.html. Consultado,
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. Disponible en https://www.cdc.gov/minorityhealth/chdireport.html. Consultado
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