¿Cuándo empiezan a ladrar los cachorros? ¿Sólo tengo un perro tranquilo?
El ladrido es un sonido característico de los perros. Forma parte de su sistema de comunicación, y debemos conocer sus diferentes significados para entender mejor a los perros.
En este artículo, explicaremos a qué edad empiezan a ladrar los perros, por qué lo hacen y, también, cómo evitar que los ladridos excesivos sean un problema de convivencia. Además, contaremos qué ocurre con los perros que no ladran.
¿Por qué ladran los perros?
El ladrido del perro puede desencadenarse en múltiples ocasiones, y, como forma de comunicación que representa, debemos prestarle siempre la debida atención. En la convivencia con nuestro perro, notaremos que emite diferentes ladridos que variarán en tono, volumen, frecuencia o intensidad.
El entusiasmo, el estrés, la llamada de atención, la sorpresa, el susto o las señales indetectables para nosotros son algunas de las causas en las que se desencadenan los ladridos. Aprende a identificar los diferentes tipos de ladridos en los perros con este artículo.
Por tanto, debemos tener claro que el ladrido canino no es sinónimo de agresividad o amenaza. Por el contrario, sería una señal de alarma y atención dirigida a su manada canina y humana. Dada la importancia de los ladridos, la edad en la que los perros comienzan a ladrar se remonta a su etapa de cachorro.
¿Cuándo comienza a ladrar un perro?
Muchos propietarios de perros se preguntan a qué edad los perros comenzaron a ladrar, aunque, durante sus primeras semanas de vida, un cachorro comienza a ladrar, tener la capacidad no significa que el perro lo haga inmediatamente. Además, el primer ladrido será muy diferente al que el perro emitirá cuando crezca ya que es más agudo y suave.
Los cachorros pueden ladrar por múltiples motivos, al igual que los perros adultos, entre los que se encuentran atraer la atención de su madre, hermanos o humanos, indicar que quieren jugar o comer, mostrar que algo les molesta, etc.
Mi cachorro ladra mucho, ¿qué hago?
Los cachorros están en constante aprendizaje, y cuando descubren algo nuevo, es totalmente normal que lo repitan varias veces. Esto también puede ocurrir con los ladridos, haciendo que el cachorro ladre durante todo el día . Especialmente si un cachorro vive con su madre y sus hermanos, es totalmente normal que los cachorros se ladren entre sí durante sus sesiones de juego, tanto para motivar la actividad como para detenerla.
En cualquier caso, la mejor solución es ignorar los ladridos y reforzar la actitud tranquila. Para ello, siempre que el cachorro esté tranquilo, le premiaremos con caricias, palabras de ánimo o algunas golosinas para cachorros. De este modo, utilizaremos el refuerzo positivo. Ahora bien, si el cachorro ladra mucho porque tiene hambre, quiere agua, está estresado o tiene algún problema de salud, es fundamental prestar atención para identificar la causa y tratarla.
¿Cómo controlar los ladridos del perro?
Para evitar que nuestro perro ladre de forma incontrolada, debemos saber qué ha desencadenado los ladridos. Cuando estamos junto a él, puede ser fácil detectarlo y calmarlo, pero algunos perros muestran una actitud de ladrido y destrucción, conocida como ansiedad por separación, en el momento en que se quedan solos. En estos casos, los ladridos constantes son un signo de estrés y serán más difíciles de corregir. Pasar más tiempo con él, hacer ejercicio con frecuencia y, por supuesto, consultar con un experto son las opciones para solucionarlo.
Otra situación común ocurre cuando el perro ladra a las visitas. Puede deberse al entusiasmo ante una llegada que le excita o le alerta de la presencia de extraños.
Sin embargo, cuando el perro nos avisa de que se acerca una persona desconocida, podemos enfrentarnos a un problema de territorialidad, que puede llevar la situación a ser incontrolable. En estos casos, es fundamental evitar las visitas y consultar inmediatamente con un veterinario especializado en etología para que nos ayude a trabajar el problema. La castración puede ayudar a mejorar este comportamiento.
Un perro también puede ladrar de forma agresiva cuando quiere alcanzar algo y le resulta imposible -por ejemplo, un plato de comida en alto o un gato fuera de su alcance.
Será más fácil frenar los ladridos persistentes si actuamos cuando empiezan y no cuando ya se han intensificado o se han convertido en costumbre. Utilizar el «no» para evitarlo puede ser a veces contraproducente, ya que el perro entiende que así capta nuestra atención y sigue intentando conseguir su objetivo.
Si el perro ladra a otros en la calle, mantén la calma. En lugar de tirar de la correa para llevarlo con nosotros, es mejor parar, ordenarle que se siente, por ejemplo, y felicitarlo sólo cuando haya obedecido la orden. En algunos casos, cuando el perro es muy reactivo, serán necesarias sesiones de modificación de conducta. Por último, los perros ancianos o con alguna enfermedad, como la sordera, pueden ladrar fuera de lugar. Hay que llevarlos al veterinario y orientar el tratamiento necesario o, al menos, aplicar medidas para mejorar su calidad de vida.
Mi perro no ladra. ¿Por qué?
Aunque los ladridos son característicos de los perros, podemos encontrar ejemplares que nunca escuchamos los ladridos, así como razas con menos predisposición a hacerlo. No tiene por qué representar ningún problema ya que hay perros más o menos ladradores. Además, hemos visto a qué edad empiezan a ladrar los perros, por lo que, aunque es una fecha aproximada, no ladrarán antes.
En algunos perros, notamos que no ladran bien o, al menos, no lo hacen como antes. Puede deberse a alguna inflamación, como la laringitis. Por eso, si sospechamos algún cambio de este tipo en el perro, debemos acudir al veterinario.
Un perro que acaba de llegar a casa puede tardar en ladrar porque ha sufrido un pasado de maltrato o porque antes de expresarse necesita tiempo para adaptarse al nuevo entorno.
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