Las vitaminas son necesarias para mantener un cuerpo sano. Sin embargo, en grandes cantidades, ciertas vitaminas pueden ser tóxicas, dando lugar a una condición llamada toxicidad o envenenamiento por vitaminas. La dosis a la que se produce la toxicidad y los síntomas de ésta dependen de la vitamina. Las vitaminas hidrosolubles, como las del grupo B, se eliminan diariamente del organismo a través de la orina, por lo que su consumo excesivo no suele ser tóxico. Las vitaminas liposolubles, sin embargo, se almacenan en el hígado y otros tejidos grasos; por lo tanto, tienen una mayor asociación con la toxicidad. Para evitar los riesgos para la salud relacionados con la toxicidad de las vitaminas, hay que respetar los niveles máximos de ingesta tolerables recomendados por el Instituto de Medicina. Los seres humanos obtienen las vitaminas principalmente de los alimentos y los suplementos, además de las que se sintetizan en el organismo. Aunque la toxicidad de las vitaminas a partir de los alimentos es poco probable, los suplementos pueden contener grandes cantidades de vitaminas, y éstas pueden ser peligrosas si no se consumen bajo la orientación de un profesional de la salud.