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¿Cuál es la mejor edad para destetar a los lechones? (1/3)

Si hubiéramos hecho esta pregunta a veterinarios, técnicos especializados y productores porcinos hace unos años, la inmensa mayoría habría respondido casi con toda seguridad que la mejor edad para el destete es a las tres semanas. Sin embargo, los continuos cambios en la producción porcina y su evolución cuestionan esta vieja creencia respecto a la edad de destete. En este artículo intentaré explicar por qué en muchos sistemas de producción se está retrasando la edad de destete a los 28 días para conseguir el objetivo de producir un mínimo de 200 kg de peso destetado por cerda productiva y año. Para lograr este objetivo un rebaño que destete a las tres semanas (18 – 23 días) con un peso aceptable de 6,5 kg de peso vivo debe destetar 30,76 lechones/cerda/año mientras que el mismo rebaño que destete a los 28 días (25 – 30 días) con un peso de 7,5 kg necesita destetar 26,66 lechones/cerda/año. Para 27 – 30 días (en el caso de destete en más de un día por semana) con 8,0 kg es necesario destetar 25 lechones/cerda/año.
El destete supone un enorme cambio para el lechón y un gran cambio para la cerda. Primero vamos a analizar los cambios que sufren los lechones, luego los cambios que corresponden a las cerdas reproductoras, y para terminar haremos un análisis económico.
El Lechón
Básicamente hay dos cambios principales:

Cambio de dieta.
-Estresor de la lactancia.

Cambio de dieta:
La leche es la alimentación ideal para los lechones lactantes, representa un importante aporte de nutrientes esenciales para el crecimiento de los lechones, les da cierta inmunidad y estimula su desarrollo fisiológico. Si comparamos la leche con el pienso podemos observar lo siguiente:

-La producción de leche alcanza su máximo a los 21 días y se mantiene alta hasta casi las 5 semanas de lactación. El destete a los 25 – 30 días no se produce cuando la cerda ya produce menos leche, sino cuando los lechones están mamando cuando la producción sigue siendo muy alta (8 – 10 kg por día).
-El valor nutritivo de la leche es superior al del pienso que se suministra en esta fase (mejor calidad/componentes y mayor digestibilidad).
-Cuando la cerda tiene una producción normal/buena de leche, el lechón no come pienso en los primeros 13 – 15 días de vida. Cuando el destete es a las 3 semanas sólo hay una semana para que el lechón se adapte a los nuevos alimentos. Aunque hoy en día los piensos han mejorado enormemente en calidad y digestibilidad, el destete a las tres semanas supone un enorme estrés nutricional ya que la mayoría de los lechones no se han adaptado a los piensos y como consecuencia su ingesta es peligrosamente baja durante los primeros días post-destete. Este hecho conlleva un notable «estado catabólico», bajo crecimiento, pobres tasas de transformación y problemas gastrointestinales (básicamente diarreas). El consumo de pienso cuando el destete es a las cuatro semanas representa un 15% de la ingesta total en los días previos al destete mientras que es igual o un 5% menor que cuando el destete es a las 3 semanas; es decir, entre la semana 3 y la 4 el consumo de pienso se triplica.
-La leche contiene ciertas cantidades de IgA que le confieren mejores cualidades protectoras que el pienso. Por otra parte, la inmunidad activa del lechón es mucho más eficaz a las 4 semanas que a las 3 semanas. Frente a estas infecciones precoces, la llamada «brecha de inmunidad» es inferior a las 4 semanas.
-La actividad enzimática y el desarrollo intestinal es superior a las 4 semanas, siendo este un factor importante a tener en cuenta en la absorción y digestión de nutrientes que afectan al crecimiento y a la tasa de transformación.

El estrés del destete:
La descripción de lo que sufre el lechón en el destete es una clara indicación del enorme estrés que supone. Los siguientes son los cambios que experimenta el lechón:

-Pérdida de la protección materna.
-Cambio de espacio vital y de entorno.
-Mezcla con grupos de lechones de mayor tamaño (normalmente de diferentes camadas)
-Cambio de dieta y de comportamiento nutricional:

– Cambio de dieta líquida caliente a normalmente sólida y seca.
– Hay un cambio sustancial en la calidad y composición nutritiva (generalmente contacto brusco con proteína vegetal).
– No hay comunicación colectiva en la alimentación.
– El lechón deja de mamar cada 40 – 60 minutos.

-El lechón deja de recibir las defensas de la leche materna.

En resumen: el lechón debe aprender a «cuidarse». El estrés es un factor adicional que dificulta la continuación del crecimiento y la absorción de alimentos durante los primeros 3 – 5 días después del destete.
La separación de la cerda va acompañada de unos característicos y fuertes gritos (gruñidos/llamadas) del lechón que se producen inmediatamente después del destete. La frecuencia y el tono de estas «llamadas» se ha utilizado como método para evaluar el nivel de estrés sufrido por el lechón al destete. Los lechones que tienen más frío y que se alimentan peor lloran más fuerte y más frecuentemente. La frecuencia de los llantos es mayor al principio del destete, sin embargo, los lechones que se destetan a las 3 semanas hacen más «llamadas» (3,6 c/m) que los destetados a las 4 – 5 semanas (2,3 – 2,9 c/m).
Todos estos argumentos nos llevan a pensar que con respecto al lechón parece razonable que el destete a los 28 días de media sea mejor que a los 21 días. En primer lugar, la diferencia de peso en los lechones destetados entre 3 y 4 semanas es de 0,5 – 0,9 kg por lechón a favor de los destetados a los 28 días. Los datos productivos de los lechones destetados a las 4 semanas son mejores para su futuro rendimiento productivo de las fases posteriores. Esta eficiencia en la fase de destete (destete – 20 kg de peso vivo) se manifiesta en una mejora del crecimiento del 5 – 10%, una mejora de la tasa de transformación del 1 – 5% y una mejora de la tasa de mortalidad del 20 – 60%. En el periodo de engorde, en pruebas de campo de sistemas de producción industrial con muchos animales, hemos visto que una mejora del peso al destete de 0,5 kg lleva a una mejora de 1,5 – 2,5 kg a la misma edad al final del engorde cuando el peso de sacrificio es de 100 kg PV. Todo esto nos lleva a la conclusión de que un peso de destete adecuado para el rendimiento óptimo en las fases de crecimiento y engorde debe estar en un promedio mínimo de 7,5 – 8,0 kg, con no más del 10% de los animales con menos de 6 kg de peso vivo. Este objetivo es alcanzable con el destete a los 28 días y es muy difícil si el destete es a los 21 días.
Nota del autor: Quiero expresar mi agradecimiento a PigChamp Pro- Europa y al Servicio Técnico de Cefusa por suministrar los datos de campo sin los cuales sería difícil realizar los argumentos expresados en este artículo.