Capacidad todoterreno, carrocería sobre bastidor, remolque. Los amortiguadores Bilstein con depósitos remotos serán sustituidos en 2019 por amortiguadores TRD Fox de 2,5 pulgadas con cuerpo de aluminio y bypass interno. Pero no había mucho de lo que quejarse de los Bilstein en los modelos de 2018, que ofrecían una gran resistencia en terrenos accidentados a la vez que soportaban un serio abuso y permitían una conducción realmente cómoda en la calle. Los modelos TRD Pro también cuentan con un diferencial trasero con bloqueo y un sistema de gestión multiterreno para elegir fácilmente el modo de conducción que mejor se adapte a las condiciones, ya sean rocas, arena o nieve.

También cuentan con un control de arrastre que se encarga de las tareas de aceleración y frenado, dejando que el conductor se centre en la dirección. El remolque tiene un máximo de 5.000 libras con el receptor de remolque suministrado de fábrica que tiene un puerto de cableado extrañamente situado. El sistema 4WD se activa manualmente a través de una palanca a una caja de transferencia a tiempo parcial – uno de los pocos vehículos para mantener este movimiento manual deseable. Es el Tenzing Norgay de los SUVs.

Manejo, dirección y frenado. El 4Runner sigue construyéndose en Japón y sigue teniendo una construcción de carrocería sobre bastidor, lo que significa que no se conduce como cualquier otro SUV, pero tampoco viene con los temblores y rebotes que a veces se encuentran en un pick-up. Es totalmente único por su tamaño: ni demasiado grande ni demasiado pequeño. De hecho, la calidad de conducción del TRD Pro es el mejor escenario que he disfrutado: nunca se inclina, ofrece una excelente respuesta a través de la suspensión, y la dirección hidráulica. Los frenos en las versiones de 2018 deben haber sido afinados porque se sentían firmes y más sensibles, careciendo de la sensación blanda que ha plagado a otros 4Runners de quinta generación.

Carga. El espacio de los asientos traseros no es precisamente cavernoso, pero los adultos grandes pueden sentarse cómodamente en los asientos reclinables. Se puede acceder al compartimento de carga a través de una ventanilla en el portón trasero que se puede bajar (y que permite la máxima circulación de aire cuando está parcialmente bajado con el techo solar abierto), o a través del portón levadizo de apertura manual. Se abre a 47,2 pies cúbicos detrás de los asientos de la segunda fila y a poco menos de 90 cuando están plegados. Es un espacio enorme, justo por debajo de la capacidad de carga de un GMC Yukon.

Simplicidad, visibilidad, facilidad. Un salpicadero corto y unos pilares A contorneados proporcionan a todos los 4Runners una excelente visibilidad hacia delante, y los grandes retrovisores facilitan la visión lateral y la marcha atrás. No, estos camiones no tienen portón trasero eléctrico, indicadores digitales o una transmisión de nueve velocidades, pero eso sólo significa que hay menos cosas que puedan ir mal. Utilitario, resistente, capaz de enfrentarse a carreteras realmente terribles, el 4Runner TRD Pro es un compañero robusto y fiel.

Fiabilidad y valor de reventa. Consumer Reports y otros estudios de fiabilidad sitúan sistemáticamente a la 4Runner en lo más alto, y mi propia experiencia -y la de mis vecinos- ha sido la misma: aparte del mantenimiento rutinario y quizás el desgaste prematuro de los frenos debido a la corrosión de las carreteras saladas, las camionetas han demostrado ser fiables. Su valor de reventa está entre los mejores del sector. Según el Kelley Blue Book en Estados Unidos, el valor de reventa del 4Runner a los 36 meses es del 64,3% de su precio de compra. Es de esperar que el TRD Pro tenga un valor aún mayor, ya que su producción es menor, sobre todo en colores tan solicitados como el azul Cavalry, que son poco frecuentes. El azul del próximo año cambia a Voodoo.

Lo que no nos ha gustado…

Pocas comodidades interiores. Para 2019, los modelos TRD Pro obtendrán un sistema de sonido JBL de 15 altavoces con navegación y aplicaciones integradas, pero los modelos de 2018 están atascados con un estéreo promedio y una navegación torpe en una pequeña pantalla táctil de 6,1 pulgadas. A poco menos de 53.000 dólares, el TRD Pro ni siquiera tiene control de climatización automático o una lectura que diga a qué temperatura interior está ajustado. No hay volante calefactado, ni asientos traseros calefactados, ni cámara de visión delantera o monitor de ángulo muerto, ni sistema de arranque por botón, sólo una simple llave de la vieja escuela. Los ajustes permitidos en el vehículo son pocos; está anticuado y carece de mucha de la tecnología actual.