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Cómo se apellidan los filipinos

Narciso Claveria y Zaldua es un nombre que no les sonará más que a los historiadores filipinos, o quizás a algunos habitantes de Cagayan, Masbate y Misamis Oriental que viven en pueblos con el nombre de Claveria, en honor a un gobernador general español que ejerció de 1844 a 1849.

Por dirigir personalmente una exitosa campaña en Samal contra los piratas que aterrorizaron la isla de Balanguigui en febrero de 1848, Clavería fue condecorado con la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando, y se le confirió el título hereditario de «Conde de Manila.»

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Claveria vino a la mente el pasado miércoles, cuando los católicos comenzaron los 40 días de Cuaresma a la sombra del coronavirus.

Claveria puede no ser tan familiar como Legazpi, Dasmariñas, Taft o Forbes, pero dos de sus actos aún pueden sentirse en nuestro tiempo. El primero tuvo que ver con el reajuste del tiempo y del calendario filipino. Cuando Fernando de Magallanes navegó de Sevilla a las Molucas en 1519, no sabía que había cruzado lo que hoy conocemos como la Línea Internacional de la Fecha. El 9 de julio de 1522, el cronista de Magallanes, Antonio Pigafetta, habló con los hombres que habían ido a buscar provisiones y escribió:

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«Y encargamos a nuestros hombres en el barco que, cuando estuvieran en tierra, preguntaran qué día era. Se les respondió que para los portugueses era jueves, de lo cual se asombraron mucho, pues para nosotros era miércoles, y no sabíamos cómo habíamos caído en el error. Porque todos los días yo, estando siempre sano, había anotado cada día sin interrupción. Pero, como se nos dijo después, no había habido ningún error, pues siempre habíamos hecho nuestro viaje hacia el oeste y habíamos regresado al mismo lugar de partida que el sol, por lo que el largo viaje había traído la ganancia de veinticuatro horas, como se ve claramente.»

Para abreviar la historia, el «día perdido de Magallanes» fue «corregido» por Narciso Clavería quien, con el acuerdo del arzobispo de Manila, decretó que al lunes 30 de diciembre de 1844 le seguiría el miércoles 1 de enero de 1845. Así, el martes 31 de diciembre de 1844 desapareció, poniendo a Filipinas en sintonía con el resto de la región mucho antes de que se instituyera el Primer Meridiano o Tiempo Medio de Greenwich en 1851. El cálculo del tiempo, los calendarios y los días de la semana en Filipinas se basaban en la salida y la puesta del sol, las fases de la luna y la fijación anual de la fecha de Pascua.

El 29 de noviembre de 1849, Clavería también emitió un decreto sobre la adopción de apellidos. Como no había un sistema para los apellidos, con demasiados indios recién convertidos que tomaban De Jesús, De la Cruz, De los Santos o Del Rosario, se producía una gran confusión que impedía la eficacia del censo y la recaudación de impuestos. Clavería proporcionó 61.000 opciones en un Catálogo alfabético de apellidos. Así, algunas personas de aspecto muy étnico tienen hoy apellidos españoles como González, Gutiérrez, Enríquez o Romualdez, mientras que algunos pinos mestizos o de aspecto chino llevan nombres de la nobleza preespañola como Gatbonton, Gatchalian, Gatdula o Gatmaitan, o nombres con rasgos de guerreros preespañoles: Macaspac (destructor), Macatunaw (persona que puede fundir el metal), Macatangay (persona que puede agarrar o capturar), Macapagal (incansable) o el autoexplicativo Catacutan, que se refiere a alguien que debía ser temido.

Algunos términos filipinos que se colaron en el catálogo de Clavería y se dieron como apellidos a los que llegaron tarde o no tuvieron opción son: Baboy (cerdo), Onggoy (mono), Dilangbutiqui (lengua de lagarto), Bayag (testículos), Puqui (vagina) y Bayot (homosexual). Hay que señalar aquí que el apellido español Gago tiene un significado diferente en Filipinas.

Pero otro vistazo a la lista reveló nuestro lado religioso. La lista de Clavería tenía apellidos que en realidad son títulos de la Virgen María: Del Rosario (Virgen del Rosario), Paz o De la Paz (Virgen de la Paz y de Buenviaje, venerada en Antipolo), Concepción (Inmaculada Concepción), Asunción, Natividad (Navidad), Salvación, Del Carmen (Nuestra Señora del Carmen) y De la Peña (Nuestra Señora de la Peña de Francia). Bautista es de San Juan Bautista o Juan el Bautista, que es diferente de Evangelista, que es San Juan Evangelista o San Juan Evangelista. Apostol puede ser cualquiera de los Apóstoles, mientras que De los Reyes es una referencia a los Reyes Magos de la historia de la Navidad. Mientras tanto, De los Santos es bastante morboso, ya que nos recuerda la fiesta de Todos los Santos, cuando los filipinos acuden a los cementerios el 1 de noviembre.

Nuestros apellidos reflejan más historia de la que decidimos admitir.