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Cómo pueden las mujeres trabajadoras gestionar el equilibrio entre el trabajo y la vida privada durante COVID-19

Los lugares de trabajo suelen suponer una carga desproporcionada para las trabajadoras. Esto incluye tanto la carga de trabajo como el trabajo emocional y relacional dentro del lugar de trabajo. Históricamente, las mujeres también han sido responsables de la mayor parte del trabajo en casa. En la década de 1960, las mujeres blancas comenzaron a incorporarse a la fuerza de trabajo. Es importante reconocer que las mujeres de color, en particular las negras y las latinas, que trabajaban en los hogares de las familias blancas, permitieron a las mujeres blancas entrar en la fuerza de trabajo.

Actualmente, las mujeres de todos los orígenes raciales están en la fuerza de trabajo. Sin embargo, esto ha incrementado las responsabilidades de las mujeres: trabajar profesionalmente y seguir llevando en gran medida la carga del trabajo en el hogar. Estas dobles responsabilidades pueden aumentar el estrés, comprometer la salud física y emocional, y conducir al agotamiento y a una menor productividad laboral.

La pandemia de coronavirus ha aumentado las disparidades y el estrés también entre las mujeres. Las mujeres de color, en particular, tienen más probabilidades de estar expuestas al coronavirus debido a que muchas de ellas trabajan en puestos esenciales, como en la atención sanitaria. Además, las mujeres pueden estar educando a sus hijos en casa, cuidando a sus padres o a sus seres queridos, y/o teniendo que encontrar una guardería. Además, hay un impacto financiero significativo para las mujeres que no pueden trabajar debido al aumento de sus responsabilidades.

Incluso antes de la pandemia, había desigualdades salariales y discriminación entre las mujeres en el lugar de trabajo y especialmente las mujeres de color. En medio de estos desafíos, las mujeres de color están experimentando un importante estrés relacionado con la raza debido a los continuos asesinatos de individuos negros desarmados. Por lo tanto, es fundamental que los empleadores reflexionen cuidadosamente sobre las formas en que las mujeres están desproporcionadamente sobrecargadas y cómo este trabajo adicional limita sus oportunidades de progreso, así como su bienestar general. Los empresarios deberían esforzarse por transformar las estructuras y políticas del lugar de trabajo para apoyar mejor las contribuciones de las mujeres.

Se anima a las mujeres trabajadoras a reconocer que el equilibrio perfecto entre la vida laboral y la familiar es un mito inalcanzable. En su lugar, considere el trabajo entre los múltiples roles de la vida que maneja junto con otros roles. Cada papel puede requerir más esfuerzo/tiempo que otros a lo largo del año y de la vida. Busca la ayuda de otras personas de tu entorno laboral y vital para compartir la carga. Priorizar sus funciones puede ayudarle a decidir cuál es la mejor manera de gestionar su tiempo entre sus distintas funciones y responsabilidades.