Aquí se explica por qué los peces flotan boca abajo cuando mueren
Pocas cosas en la infancia son más traumáticas que despertarse una mañana y encontrar a tu querido pez mascota, Michael Scofield, flotando boca abajo en su pecera (historia real); su pequeña luz de pez cruelmente apagada antes de tiempo. Pero, ¿por qué flotan boca abajo cuando deciden que es hora de dar un paseo en el expreso de porcelana?
La respuesta a esta pregunta tiene mucho que ver con la forma en que mantienen la flotabilidad adecuada cuando están vivos. Como puede o no saber, la mayoría de los peces poseen un órgano comúnmente conocido como «vejiga natatoria». Este órgano puede ser llenado o vaciado de aire por un pez a voluntad a través de sus branquias, lo que les permite flotar más alto, hundirse más bajo o permanecer suspendido a la misma profundidad, no muy diferente de un compensador de flotabilidad (BC) utilizado por los buceadores.
Aunque las vejigas natatorias son fundamentales para la capacidad de un pez de flotar, hundirse o flotar sin gastar mucha energía, tienen el desafortunado efecto secundario de hacerlos bastante inestables. Para explicarlo, las investigaciones han demostrado que la posición relativa del «centro de flotabilidad» de los peces con vejiga natatoria se sitúa casi universalmente por debajo de su centro de masa, cerca de su estómago, lo que los hace muy propensos al balanceo hidrostático, que es sólo una forma elegante de decir que los hace más propensos a irse de cabeza. Por ello, a menudo se puede ver a los peces agitando sus aletas, incluso cuando no se mueven y en aguas perfectamente quietas.
También es por ello que cuando los peces se enferman o se lesionan, a veces comienzan a nadar de lado o incluso boca abajo; simplemente pierden la capacidad de mantener el equilibrio hidrostático y la parte más boyante de su cuerpo intentará flotar hacia la superficie. Cuando los peces mueren finalmente, por supuesto, pierden toda la capacidad de impedir que se revuelquen y la flotabilidad de la vejiga natatoria toma el control.
También hay que señalar que los peces no necesariamente flotan cuando mueren. Por ejemplo, si un pez muere con poco o ningún aire en su vejiga natatoria, el acto de morir no hace que esta vejiga se expanda mágicamente para aumentar la flotabilidad. En estos casos, el pez suele hundirse, momento en el que comienza la descomposición. Dicho esto, el proceso de descomposición a veces puede dar lugar a que se produzca suficiente gas y quede atrapado en el interior del pez como para hacerlo flotar hasta la superficie.
Así que, en resumen, los peces flotan hacia arriba cuando mueren porque muchos de ellos tienen un peso superior y poseen un órgano en su región inferior que está lleno de aire.