Perder peso no es una tarea fácil, y persisten mitos sobre cómo hacerlo -que terminan haciéndolo aún más difícil. Para acabar con la confusión, aquí hay nueve conceptos erróneos comunes sobre la pérdida de peso y las dietas, y lo que realmente dice la ciencia.

Mito nº 1: Es imposible perder peso

Es difícil -sólo hay que preguntar a cualquiera que lo haya intentado. Pero no es imposible. El Registro Nacional de Control de Peso comenzó a llevar un registro de las personas que perdieron al menos 30 libras y las mantuvieron durante un año o más. En la actualidad, más de 10.000 estadounidenses forman parte del registro, con una pérdida de peso media de 66 libras, que se mantiene durante más de cinco años. Los investigadores están estudiando la forma en que estos estadounidenses tuvieron éxito para poder aconsejar a otros. Hasta ahora, han descubierto que la gran mayoría de las personas del estudio dicen que cambiaron su dieta y empezaron a hacer más ejercicio. Otros puntos en común son desayunar todos los días, pesarse al menos una vez a la semana y ver menos de 10 horas de televisión a la semana.

Mito nº 2: Para perder peso sólo hay que comer menos y hacer más ejercicio

Aunque estudios como el Registro Nacional de Control de Peso muestran que las personas que pierden peso con éxito tienden a cambiar sus hábitos alimenticios y a aumentar su ejercicio, eso no es todo. Otros factores, como la genética, el entorno, el estado emocional y los tipos de alimentos que consume una persona también pueden contribuir. Algunos investigadores sostienen que el consejo común de limitarse a «contar calorías» no es útil, porque ignora los muchos aspectos, incluida la biología, que contribuyen al peso de una persona. En un artículo de 2014, los investigadores argumentaron que, en lugar de centrarse en una ecuación de calorías consumidas versus calorías quemadas, se debe prestar más atención a la composición general de la dieta de una persona.

«Si solo intentas comer menos y hacer más ejercicio, la mayoría de la gente perderá esa batalla. El metabolismo gana», dijo en 2014 el doctor David Ludwig, director del Centro de Prevención de la Obesidad de la Fundación New Balance en el Hospital Infantil de Boston y autor de ese trabajo. «Fijarse simplemente en las calorías es, en el mejor de los casos, erróneo y potencialmente perjudicial, porque no tiene en cuenta cómo esas calorías están afectando a nuestras hormonas y a nuestro metabolismo -y, en última instancia, a nuestra capacidad para seguir una dieta-«.

En su lugar, Ludwig recomienda que la gente se concentre en comer alimentos más saludables, y que evite los alimentos muy procesados con mucho azúcar añadido.

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Mito nº 3: Todas las calorías son iguales

Sí y no. Para las personas que quieren perder peso, prestar atención a las calorías y a su procedencia es importante. Pero como se ha mencionado anteriormente, muchos expertos en salud argumentarán que beber un refresco sin calorías no es mejor para ti que un puñado de almendras. Aun así, los estudios demuestran que llevar un diario de alimentos suele ser una forma útil para que la gente se haga una idea de lo que está comiendo. Entender de dónde provienen la mayoría de las calorías de una persona puede ayudar a identificar dónde pueden ser necesarios los cambios.

Mito nº 4: Es necesario perder un peso considerable para notar cambios en la salud

Las investigaciones demuestran que con sólo una pérdida de peso del 10%, las personas experimentarán cambios notables en su presión arterial y en el control del azúcar en sangre, a la vez que se reduce el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y diabetes de tipo 2.

Mito nº 5: Existe una única y mejor dieta

La gente puede perder peso con éxito utilizando una variedad de métodos. Alrededor del 45% de las personas del Registro Nacional de Control de Peso dicen haber perdido peso siguiendo varias dietas por su cuenta, y el 55% dicen haber utilizado un programa estructurado de pérdida de peso. La mayoría de los hombres y mujeres dicen que tuvieron que probar más de una dieta antes de poder mantener el peso a largo plazo. En la actualidad, los planes de adelgazamiento son más flexibles y permiten a las personas encontrar el estilo de vida que más les conviene. El Dr. Yoni Freedhoff, experto en obesidad y director médico del Instituto Médico Bariátrico de Ottawa, inicia a hombres y mujeres en su clínica con el mismo plan, pero deja que todos se aparten de él. «Tenemos un plan que consiste en ingerir suficientes calorías y proteínas, etc., pero no nos ceñimos a él», dijo en un reciente artículo de portada de TIME sobre la pérdida de peso. «Todo el mundo hace las cosas de forma ligeramente diferente».

Mito nº 6: Los estadounidenses tienen sobrepeso porque comemos demasiado

Esa no es la única razón. Los expertos en obesidad sostienen que probablemente hay múltiples factores que han contribuido a la epidemia de obesidad en Estados Unidos. Los alimentos y bebidas procesados con alto contenido calórico se han convertido en una parte omnipresente de la dieta estadounidense, y algunos investigadores afirman que el aumento de peso también puede estar relacionado con la exposición de los estadounidenses a sustancias químicas como el bisfenol A (BPA) que se encuentra en artículos de uso cotidiano como los envases de alimentos enlatados y los recibos de caja. Los estadounidenses también son cada vez más sedentarios, lo que ha aumentado el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad y la diabetes.

Mito nº 7: Hay que dejar el alcohol para perder peso

Es cierto que beber alcohol aporta muchas calorías, y los planes de pérdida de peso suelen recomendar que se reduzca el consumo de alcohol. Pero, como informa el New York Times, varios estudios han descubierto que, si bien el consumo excesivo de alcohol está relacionado con el aumento de peso, el mismo efecto no se observa con tanta frecuencia con el consumo ligero y moderado. Por supuesto, el consejo habitual sigue siendo: todo con moderación. También es bueno tener en cuenta que las personas pueden reaccionar de forma diferente a los mismos alimentos. Para algunas personas, la copa de vino ocasional no tendrá un gran efecto, pero para otras sí.

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Mito nº 8: La gente necesita más fuerza de voluntad para perder peso

El éxito o el fracaso de una persona en la pérdida de peso no es un reflejo de su reserva de fuerza de voluntad. Hay muchos factores -genéticos, ambientales y de otro tipo- que influyen en la talla de una persona, y un creciente número de investigaciones muestra que cuando las personas pierden peso, los factores biológicos entran en juego, haciendo más difícil que mantengan el peso después de haberlo perdido.

Kevin Hall, un científico de los Institutos Nacionales de Salud, ha descubierto que cuando una persona pierde una cantidad considerable de peso, su metabolismo se desajusta y su apetito aumenta proporcionalmente, haciendo que coma unas 100 calorías más por cada dos libras perdidas. Si bien esto no significa que sea imposible mantener el peso a largo plazo, sí significa que luchar por hacerlo no es en absoluto un reflejo de la fuerza de voluntad, la motivación o la ética de trabajo.

Mito #9: Necesitas comprar un rastreador de fitness portátil para controlar tu progreso

Los rastreadores de fitness son accesorios populares para las personas que quieren seguir sus pasos y su sueño, pero hasta ahora la investigación sugiere que no son especialmente buenos para ayudar a las personas a perder peso. En un estudio de 2016, los investigadores siguieron a 470 personas que intentaban perder peso durante dos años. Las personas se dividieron en grupos y se les pidió que siguieran una dieta baja en calorías, aumentaran su actividad física y asistieran a asesoramiento grupal, o que siguieran el mismo régimen pero añadieran la tecnología wearable a los seis meses.

Las personas que utilizaron los wearables perdieron una media de 2,5 kilos, pero las que no los utilizaron perdieron una media de 5 kilos. A medida que los wearables sigan avanzando, es posible que se vuelvan más útiles para la pérdida de peso, pero si estás dudando en comprar uno, probablemente puedas ahorrarte tu dinero.

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