El dolor en el antebrazo, la muñeca o la mano puede surgir de uno de varios trastornos reumáticos discretos de los tejidos blandos, como la tenosinovitis, o de un síndrome de dolor regional no específico. Los síntomas son frecuentes en la población general y ambos patrones de enfermedad están bien representados. Existen muchas investigaciones epidemiológicas sobre la prevalencia, la incidencia, los factores de riesgo causales, la gestión y la prevención, aunque los estudios han utilizado una gran variedad de definiciones de casos, lo que dificulta las comparaciones. Se describen enfoques estandarizados y mejorados para la clasificación. También se intenta hacer una síntesis de los principales resultados de los estudios existentes. Cada vez hay más pruebas que relacionan el dolor distal en el brazo con los factores de riesgo físicos en el lugar de trabajo (por ejemplo, la repetición, la fuerza, la duración, el tiempo de ciclo corto y la incomodidad de la postura); se discuten algunas posibles soluciones ergonómicas para el dolor ocupacional en el brazo. Pero los factores ocupacionales y psicosociales también están relacionados con la declaración de síntomas y la discapacidad, y su papel en la patogénesis puede ser importante en la prevención primaria y el tratamiento de los casos recalcitrantes. Se proponen algunas preguntas clave de investigación dirigidas a prevenir la cronicidad y la discapacidad del dolor de brazo.