Por Michael Morse

La Navidad es el día en el que todo el trabajo se detiene, las familias se reconectan y la vida se vive de la forma en que mejor se vive; ¡sin trabajar! A menos, por supuesto, que estés trabajando…

Pero no desesperes, he pensado mucho y he desarrollado siete razones por las que está bien trabajar el día de Navidad.

1. Todo el mundo se siente mal por nosotros.

«Bueno, casi todo el mundo…» (frankieleon, vía flickr)

Qué puedo decir, soy humano. Un poco de simpatía llega muy lejos. Unas cuantas galletas de Navidad tampoco hacen daño!

2. No hay nada tan dulce como la camaradería con todos los demás que están trabajando.

Hay una mentalidad de banda de hermanos que vive dentro del personal del hospital, los trabajadores de la hostelería, los minoristas y el personal de seguridad pública que trabajan cuando todos los demás se relajan. Se puede sentir en el aire, sobre todo el día de Navidad, ya que los pocos, los valientes y los suficientemente tontos como para trabajar disfrutan de la comodidad y la miseria de los demás.

3. Hay menos posibilidades de decepción.

«Adiós. Estaremos aquí manteniendo una positividad implacable mientras no estés». (Martin LaBar, vía flickr)

Todos los preparativos, el ritmo frenético, la positividad implacable y la música edificante de las fiestas son suficientes para volver loca a la persona más cuerda. Hay consuelo en dejarlo todo, ponerse el uniforme y salir por la puerta con un ceño fruncido que rápidamente se invierte cuando te das cuenta de que sólo eres tú y lo que te venga. Sin hijos a los que decepcionar, sin cónyuges de los que preocuparse y sin familia a la que entretener con historias de cualquier cripta en la que encuentres tu carrera al acecho. No tener expectativas es liberador!

4. Las posibilidades de obtener mejores regalos mejoran debido a la simpatía de quienes los hacen.

Lo primero es lo primero. Es imperativo que todos los que trabajen el día de Navidad anuncien su desgracia el día después de Acción de Gracias. Cuanta más gente esté al tanto, más posibilidades habrá de que se hagan regalos abundantes en su memoria.

5. Probablemente no tengas que trabajar tanto.

«Terminemos de sentarnos aquí y vayamos a sentarnos a otro sitio». (ol’pete, vía flickr)

Un hecho es cierto para la mano de obra del día de Navidad; habrá muchos más trabajadores de campo que jefes marcando el reloj.

Navidad es el momento de hacer un poco más por alguien.

Trabaja un poco, descansa un poco, haz un poco más y el espíritu de generosidad encontrará su camino de vuelta a la gente que se lo ha ganado. Lleva pequeños regalos para dar a los pacientes si eres médico, ponte un gorro de Papá Noel si eres policía, haz que un amigo lleve un postre o algo a la reunión navideña con un mensaje para todos de que te gustaría estar allí. Estás atrapado en el trabajo, no tiene sentido estar atrapado en la miseria.

Porque alguien tiene que hacerlo.

Somos bomberos, policías, paramédicos y soldados por una razón. No elegimos esta forma de vida, ella nos eligió a nosotros. Tomamos lo bueno con lo malo, y nos levantamos cuando muchos se sientan. Es nuestra forma de ser. Trabajamos para que otros puedan disfrutar de lo mismo que estamos trabajando para preservar. Y, lo que es igual de importante, trabajamos para que lo que trabajamos para preservar esté ahí cuando nuestro trabajo termine, cuando nos toque disfrutar. Es más dulce habérselo ganado.

Feliz Navidad a todos, manteneos a salvo y, estéis donde estéis, disfrutad.