Gayle Laverne Grinds, murió a los 40 años, después de que los cirujanos fallaran en un intento de seis horas para desalojarla de su sofá. Según los trabajadores, su casa era un desastre, ya que Grinds se había vuelto demasiado grande incluso para levantarse y usar el baño. Los trabajadores de rescate fueron llamados por su hermano y su novia, que les informaron de que tenía «problemas de enfisema» y dificultades para respirar.

Su autopsia preliminar catalogó su muerte como debida a una «obesidad mórbida», pero los funcionarios seguían investigando en función de las circunstancias que se daban en su casa.

Herman Thomas, un hombre que vivía con ella, dijo a los investigadores que había hecho todo lo posible por cuidar de Grinds, que medía 1,5 metros. Había intentado sin esfuerzo sacarla de la silla en vano. Todavía no se han presentado cargos contra él, pero los funcionarios están estudiando cuestiones de negligencia. La basura estaba esparcida por todo el suelo y las paredes estaban llenas de heces. Los cuadros habían sido arrancados de las paredes y los muebles estaban volcados.

Los trabajadores que entraron en la casa tuvieron que llevar equipo de protección. Hicieron entrar aire fresco en la casa para reducir el fuerte hedor. Sacar a Grinds del sofá se convirtió en una dolorosa prueba, ya que su cuerpo se había fundido con la tela del sillón tras años de permanecer en él. Por lo tanto, optaron por extraerla quirúrgicamente del sillón.

Después de varios intentos fallidos de crear una camilla para transportar a Grinds y su sillón, los socorristas retiraron unas puertas correderas de cristal del patio en la parte trasera de la casa. Esto creó una abertura de 6 pies a través de la cual pudieron sacarla a ella y a su silla fuera de la casa. También resultó difícil subirla a la ambulancia y tuvieron que deslizar el sofá con Grinds aún sujeta a él en un remolque que estaba unido a una camioneta.

Murió aún sujeta al sofá en el Martin Memorial Hospital South. Sus vecinos habían visto a Thomas y a algunos niños por la casa, pero no sabían que ella vivía allí. Los familiares no identificados que se encontraban en el lugar de los hechos estaban alterados por la situación.