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11 – Vida útil del vino

La vida útil del vino es más compleja que la de otros productos. Puede incorporar puntos de vista sobre cuánto tiempo conserva el vino su sabor inicial, cuánto tiempo tarda el vino en mejorar su carácter hasta alcanzar algún punto ideal o meseta -su potencial de envejecimiento- o cuánto tiempo permanece el vino comercialmente aceptable (bebible). Sólo se espera que los vinos destinados a ser consumidos jóvenes conserven sus características de sabor esencialmente sin cambios. Inicialmente, los cambios de sabor tras el embotellado pueden ser beneficiosos, con la pérdida de cualquier olor residual a levadura y una reducción del amargor y la astringencia. Los cambios posteriores suelen traducirse en una desaparición progresiva de los aspectos afrutados y florales frescos del vino. Los vinos con una larga vida útil (potencial de envejecimiento) suelen mostrar el desarrollo de lo que se denomina un aroma añejo. Este sustituye el sabor original del vino y cualquier aroma varietal distintivo que pudiera poseer. Si un vino desarrolla malos olores, o sus sabores iniciales no son sustituidos por un bouquet envejecido, la vida útil puede ser de unos pocos meses a años, en lugar de décadas. Normalmente, las pérdidas prematuras de calidad sensorial se producen como consecuencia de fallos o deficiencias en los cierres de las botellas u otros recipientes, la exposición a la luz solar, las altas temperaturas, los contaminantes ambientales o el deterioro microbiano.