Por Caroline Williams

Puede que seamos el mono desnudo, pero en una medida de la vellosidad los humanos superan a todos los demás primates. Mientras que la mayoría de ellos tienen un vello más fino alrededor de los genitales que en el resto del cuerpo, los humanos adultos lucen una mata de vello púbico impresionantemente gruesa.

Durante mucho tiempo se ha asumido que el vello púbico es un remanente de un período más peludo de nuestra historia evolutiva, y que la verdadera cuestión es por qué el resto del cuerpo perdió su hirsutismo. Sin embargo, a principios de este año, Robin Weiss, del University College de Londres, señaló que nuestro vello púbico se volvió claramente más grueso que el del resto del cuerpo en algún momento de nuestra evolución (Journal of Biology, vol 8, p 20). Y esto debió de ocurrir por alguna razón. Entonces, ¿qué impulsó la evolución del vello púbico?

No hay una explicación aceptada, pero a lo largo de los años se han sugerido muchas ventajas potenciales. Quizá la más popular sea que, dado que el vello más grueso se acumula en las regiones donde tenemos glándulas sudoríparas apocrinas (de olor) y ecrinas (de enfriamiento), puede servir para expulsar olores que señalan la madurez sexual. También puede actuar como señal visual de la edad adulta, junto con el crecimiento de los pechos y el ensanchamiento de las caderas en las chicas y el aumento del pecho y la barba en los chicos. Otros beneficios podrían haber hecho que mereciera la pena conservarlo. Un arbusto espeso no sólo protege los genitales durante el sexo y en otras ocasiones – reduciendo las rozaduras al caminar, por ejemplo – sino que también ayuda a mantener nuestras regiones más sensibles calientes y libres de corrientes de aire. …