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Área de distribución y territorio

Los lobos vagaban antiguamente por todo el hemisferio norte, ocupando casi todos los hábitats con la excepción de la selva tropical y el desierto árido.

Los lobos ocupan territorios y defenderán su territorio contra otros lobos u otros cánidos que los traspasen. Por lo general, la defensa no requiere más que intimidar al forastero con gruñidos y mostrando los dientes. A veces, se produce una persecución y, en una situación extrema, la persecución puede desembocar en un enfrentamiento físico. Los límites de los territorios pueden solaparse, pero las manadas separadas suelen evitarse mutuamente a toda costa.

En la mayoría de las circunstancias normales, el territorio perteneciente a una determinada manada de lobos seguirá siéndolo durante muchas generaciones. Los lobos más jóvenes suelen «heredar» los territorios de sus mayores.

La expansión de los territorios depende del terreno y de la disponibilidad de presas. Se considera que un lobo por cada 10 millas cuadradas (por ejemplo, cinco lobos por cada cincuenta millas cuadradas) es una cantidad de espacio «cómoda». Algunas especies de lobos migran para seguir a sus presas y cuando una manada aumenta de tamaño puede dividirse o algunos miembros pueden dispersarse para formar sus propias manadas.